✼ PRIMER GRITO DE INDEPENDENCIA
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El 10 de agosto de 1809, marcó el inicio del proceso de Independencia del Ecuador. Ese día fue destituido el Presidente de la Real Audiencia de Quito, Manuel Urriés Conde Ruiz de Castilla, instalándose una Junta Soberana de Gobierno, teniendo como autoridades a Juan Pío Montúfar en el cargo de Presidente de la Junta, José Cuero y Caicedo como Vicepresidente de la Junta.
De inmediato las autoridades españolas (peninsulares) dispusieron eliminar la rebelión movilizando tropas desde Guayaquil, Popayán y Pasto con la misión de tomar Quito y acabar con los insurrectos; al ser apresados y condenados, el pueblo de Quito emprendió en acciones para rescatar a los patriotas encarcelados en el Cuartel Real de Lima (actual Museo de Cera), hecho que terminó en la masacre de los próceres el 2 de agosto de 1810 en la que irrumpieron no solo los pobladores de los centros urbanos de Quito; sino también desde las periferias, siendo participes todos los grupos sociales.En la Revolución de Quito convergieron diversos actores e intereses. Hubo próceres que aspiraron a la independencia total frente a España. Otros que deseaban solo la autonomía. Algunos aspirantes a una pequeña monarquía local. Pero dominó en el escenario el rechazo a la invasión francesa a España, el descontento contra las autoridades y el deseo por un cambio de gobierno que favoreciera la representación del poder aristocrático criollo. Por eso, los revolucionarios constituyeron la Junta Soberana.
La Revolución también formó parte de los primeros movimientos independentistas de Hispanoamérica, pues en 1809 estallaron revoluciones en Chuquisaca y La Paz, que continuaron en 1810 en México, Caracas, Bogotá, Santiago de Chile y Buenos Aires. En 1811 Venezuela fue pionera en proclamar la independencia y desde 1812 la lucha emancipadora se generalizó en las diversas regiones. Quito, sin embargo, quedó seriamente afectada y aislada, por haber muerto lo mejor de su elite intelectual y política, así como por haberse impuesto la represión y un férreo control sobre la ciudad.
Con la Revolución Quiteña se originó la conciencia de libertad. Cierto es que la primera Junta todavía proclamó fidelidad al monarca, pero ello se explica por las precarias condiciones de la lucha patriota, el temor a la represión y la evidente ausencia de respaldo de las otras regiones del país. Sin embargo, se movilizaron, por primera vez, conceptos absolutamente nuevos para la vida del país: soberanía, representación popular, derechos naturales, constitucionalismo, republicanismo y sobre todo autonomía e independencia.
La sangrienta masacre de próceres y de pobladores quiteños demostró que el inicio del proceso independentista no fue solo la obra de una elite criolla, sino que había contado con un amplio apoyo popular, que las recientes investigaciones históricas lo han demostrado, pues fueron partícipes directos los pobladores de los barrios de la ciudad.
Suele preguntarse cuáles fueron las causas de la independencia. La comprensión del proceso lleva a concluir que la causa última fue la dominación colonial y por ello la independencia fue un acontecimiento de significación mundial en los albores de la era capitalista.
El papel de Quito en ese proceso fue reconocido en su propia época y en Chile se bautizó a la ciudad como “Luz de América”, precisamente porque se comprendió la trascendencia emancipadora de su revolución, que también fue exaltada por el Libertador Simón Bolívar.
Solo una década más tarde, la segunda y definitiva fase por la independencia del país se inició, bajo otras condiciones históricas, en 1820, con la sucesión de pronunciamientos independentistas en Río Verde de Esmeraldas, Guayaquil y Cuenca. Con el apoyo de tropas grancolombianas y sudamericanas (hubo algunos oficiales europeos) y la conducción del general Antonio José de Sucre, la batalla decisiva se libró en Pichincha, el 24 de mayo de 1822.
Investigación
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